La importancia de la copa

Muchos nos hemos preguntado alguna vez, ¿hasta qué punto puede influir el tipo de copa en la percepción de aromas, sabores y textura? La respuesta sería, mucho, yo creo que más del 50%, por darle un valor entendible.

Os vamos a proponer un ejercicio curioso, dad a alguien a probar una bebida en una copa de boca pequeña, cerrada, independientemente del tamaño de la copa, y otra bebida en una copa de boca ancha, abierta. En el primero de los casos observareis como la persona inclina la cabeza hacia atrás de manera considerable, sin embargo en el segundo de los casos la inclinación es mucho menor.  Sub-conscientemente nos damos cuenta de que hay más peligro de que se derrame la bebida en la copa de boca ancha que en la de boca pequeña, por esto la diferencia de inclinación.
Solo este pequeño detalle hace que la bebida, en este caso el vino, lo percibamos primero en la punta de la lengua en el caso de las copas de boca ancha y en el fondo de la lengua en el caso de las copas de boca estrecha, cerrada. Esto por supuesto influirá en la primera percepción ya que en la punta de lengua notamos más el sabor dulce y sin embargo en el fondo notaremos más los ácidos y amargos.
Así a groso modo, si queremos potenciar, o no,  por ejemplo el dulzor de un vino, o su acidez o sus amargos podemos elegir un tipo de copa u otro, un blanco con una alta acidez será más conveniente disfrutarlo en copa de boca más abierta y un tinto goloso y redondo en copa de boca más cerrada, también por más concentración de aromas. Esto es solo un pequeño ejemplo, curioso, para que nos hagamos una idea de hasta qué punto puede influir la copa en lo que percibimos sensorialmente.
Otro factor muy importante es el grosor de la copa que influirá en la percepción de la textura, el tamaño y forma que influye mucho en la concentración y percepción  de aromas, y obviamente el color que influirá en nuestra percepción visual.

Os dejamos unos ejemplos de vinos con la copa ideal: