El vino hay que dejarlo respirar

Una frase muy pronunciada por muchos, respetada por otros y practicada por quienes al abrir una botella, ante de beberla, permiten que la naturaleza siga dando forma, en esta ocasión, gracias al contacto con el aire propiciando que aromas y sabores se abran, mejorando unas características que no se ven pero están ingénitas, se suavizan sus taninos, incluso se corrigen defectos como los llamados aromas de reducción que están formados, durante la elaboración, por la falta de oxígeno.
Sin embargo, no es solo cuestión de descorchar la botella y dejarla abierta. Para esta importante función disponemos del decantador, ese recipiente con boca ancha y una base cuyo contorno panzón, propiciando el buen contacto con el aire gracias a su gran superficie.
En el decantador dejamos todo el líquido de la botella desde varios minutos o incluso horas. El vino toma contacto con el aire ya, por el simple proceso mientras se vierte en esta botella tan específica.
El decantador nos proporciona un saludable proceso para el vino abierto, que es muy respetuoso con el vino al ser un proceso suave, poco agresivo porque es lento, sin forzar como, por ejemplo, hace esta función un aireador, del que se dice que tiene sus cosas buenas por la rapidez, y que oxigena cada gota del vino, pero, un proceso agresivo puede forzar las características del vino, incluso dañarlo.
Cuando más joven y tánico sea el vino, más tiempo necesita para respirar.
Cuanto más añejo sea el vino, más sensible se vuelve a la agitación, y mucha exposición al aire no es adecuada, para que los aromas y sabores no sobrepasen la naturaleza del añejamiento, aquí si es recomendado para la aireación un decantador clásico.
Desde vinosvalencianos.net te ofrecemos sugerencias básicas para el tratamiento del vino que vas a tomar, teniendo en cuenta que eres tú, finalmente, quien decide al abrir la botella, qué tiempo necesita el vino para “ponerse a tono” con el exterior, y ser el acompañante perfecto de ese evento que es tomar vino y disfrutar de un espectáculo de sabores.